INTERVENCIÓN DE ALBERTO GARZÓN PORTAVOZ DE IZQUIERDA UNIDA DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA NACIÓN (24 DE FEBRERO 2015) (Esta intervención está sujeta a cambios. Rogamos a los medios que respeten lo dicho finalmente desde la tribuna) Buenas tardes señor Rajoy. Subo a la tribuna para decirle fundamentalmente tres cosas. La primera, que usted tiene más futuro como cuentacuentos que como presidente del Gobierno. Pero tampoco crea que es mucho futuro porque el fin de un narrador de historias es entretener y sus relatos, señor presidente, son un arma de distracción masiva. Porque esta mañana nos ha descrito un país fantasioso que no existe más que en su mente. Baje a la realidad, por favor. La segunda, que tenemos que reconocer, sin embargo, que su política está siendo un éxito. Un éxito para las grandes fortunas y las grandes empresas a las que prácticamente ya no les cabe más dinero en el bolsillo gracias a usted. Y la tercera, que afortunadamente hay alternativas a su política suicida. Su Gobierno es brillante como alumno aventajado de Merkel, el primero de la clase, pero está dejándonos un país desolado. Usted y la señora Merkel confunden sus Gobiernos con una escuela de negocios. Nuestra firme convicción es la de construir algo distinto a eso, un nuevo país al servicio de las necesidades de su gente, cuestión que sólo es posible desde los valores y principios de la izquierda. Y para ello tenemos propuestas, algunas de las cuales le avanzaremos hoy. Dijo usted, ‘la crisis ya es historia’. Fue hace unos meses, pero esta mañana ha vuelto a insinuarlo. Aunque para ello ha tenido que torturar estadísticas hasta que han confesado lo que a usted le ha dado la gana. Recuperación económica, ha dicho varias veces. Su recuperación económica es la del incremento de la desigualdad, la precariedad y la agresión medioambiental. Pero peor aún, señor Rajoy, esta mañana ha hecho una descripción de un país en el que sólo se reconoce una minoría de la población. Es como si usted sólo hubiera hablado para los privilegiados, para los que no han conocido la crisis. Ha hablado para esas grandes empresas y grandes fortunas que parasitan lo público y lo privado y para quienes esta crisis ha sido una verdadera oportunidad para enriquecerse aún más a costa del resto. Escuchándole, señor Rajoy, uno llega a la conclusión de que usted vive en una burbuja. Vive en un país distinto al de la mayoría de los ciudadanos. No es que a su relato le falte piel. Le falta rigor y vergüenza. Le falta rigor porque la mitad de las cosas que ha dicho usted esta mañana son directamente falsas, y la otra mitad son una descarada apología de las mismas políticas que están empujando a la miseria a nuestro país. EL PULSO DE LA CALLE: POBREZA Y EMERGENCIA SOCIAL ¿Usted pisa la calle, señor Rajoy? Me refiero allí fuera, no a las veredas de la Moncloa, sino a la calle. Porque desde luego que necesita usted bajar a la calle y comprobar de primera mano la dramática realidad cotidiana en la que desgraciadamente viven la mayoría de los españoles. Y ha de entender que esa realidad no es fruto del azar, o de un accidente histórico. El drama de la mayoría de los españoles está directamente relacionado con lo que hace o deja de hacer su Gobierno y usted mismo. Usted, Señor Rajoy no conoce la calle, no la pisa y no gasta la suela de sus zapatos, usted solo gasta la tinta de su pluma para firmar recortes que recortan la vida de los españoles. Si quiere, yo mismo me ofrezco a mostrarle el país que vemos y vivimos desde debajo de la mesa. Porque no se ven las cosas igual desde arriba que desde abajo. Señor Rajoy, usted y sus diputados son responsables directos de la situación actual. ¿Se acuerda de la votación que presentamos hace unos años contra la pobreza energética? El PP votó en contra de impedir que en nuestro país la gente pasara frío. Porque igual lo ignora usted, o cuando menos parece que le de igual, pero en este país hay gente que vive a oscuras, que come una vez al día o que enferma por no poder calentar su casa a una temperatura adecuada. Comedores sociales llenos de gente, y gente que ahora mismo no puede verle su cara a usted porque no tiene dinero para pagar la luz. Esa es la realidad a la que usted no ha hecho ninguna referencia. Pero esa realidad es hija suya, no lo olvide. El precio de la luz se dispara cada mes sin que usted haga absolutamente nada. Peor aún, señor Rajoy, su política energética consiste en arrodillarse ante las grandes empresas y los poderosos. En rendirse a los pies de los poderosos. Sólo así se puede explicar que ahora quieran poner un impuesto al sol para evitar el autoabastecimiento. ¡Un impuesto al sol! ¿Y qué piensa hacer si los ciudadanos no pueden pagarlo? ¿Piensa cortarles el sol, Señor Rajoy? Por cierto, señor Rajoy, ¿qué opina de Endesa? Lo digo porque no ha dicho usted ni una palabra del escándalo de Endesa. Ni una palabra. ¡Y se supone que usted es presidente del Gobierno! Probablemente su silencio tenga que ver con el hecho de que quien le puso a usted como jefe del PP, con un autoritario dedazo, haya sido también un jefazo de Endesa. Recuerde, señor Rajoy que el PSOE privatizó el 33% de la empresa y ustedes el 66% restante. Y no olvide que finalmente Endesa ha sido desmantelada y se han repartido dividendos por más de 14.000 millones de euros en una escandalosa operación de la que ustedes han sido cómplices. Sepa usted que en un nuevo país este saqueo no estará permitido. Porque será ilegal la privatización de las empresas y antes que cualquier beneficio bancario estarán las personas. Aprovechamos para adelantarle el primer pilar de las propuestas que son necesarias. Se atajará el estadio de emergencia social que han creado las políticas de la troika mediante la recuperación de las empresas estratégicas que garanticen a la ciudadanía el acceso a los suministros básicos y a los servicios públicos. Ni una persona sin acceso a la vivienda, ni una persona sin comida, ni una persona sin luz o agua. Eso implicará que en el nuevo país que vamos a construir, les guste o no les guste a usted y a sus amigos del oligopolio energético habrá empresas energéticas que estarán al servicio de la gente. Todo lo contrario que ocurre con usted, que está al servicio de esas grandes empresas. Usted es, lamentablemente, el recadero barato de los poderosos. EL EMPLEO: TRABAJO GARANTIZADO Señor Rajoy, usted no está creando empleo. Usted está desguazando el poco empleo que ha dejado. ¿Está usted orgulloso de que la gente viva a salto de mata, buscándose la vida con varios contratos basura y con cada vez peores condiciones laborales? ¿Está usted orgulloso de que nueve de cada diez contratos sean temporales y en condiciones de semiesclavitud? Díganos, señor Rajoy, ¿le gustaría a usted no tener un horario estable, estar a merced de los caprichos del jefe, ver imposible protestar y encima tener que agradecer ser esclavo con comida antes que un muerto de hambre? El país que usted está creando, señor Rajoy, es la España del manijero. Ya sabe, tener que levantarse cada mañana con la incertidumbre de si el poderoso, el cacique nos permitirá trabajar para comer. Eso probablemente le ocurra a los padres de la niña, aquella niña a la que usted le habló alguna vez, y que les prometió trabajo y vivienda. Trabajo es casi seguro que no tienen y vivienda, si les han desahuciado, tampoco. Hoy mismo, aquí a pocos metros, una entidad bancaria pública, Bankia, está desahuciando a una familia sin recursos. Y usted no hace nada sino contemplar la injusticia; ser cómplice de injusticia. Está dejando a la gente sin certezas, sin garantías y sin futuro. Es evidente, necesitamos un nuevo país. Y también lo necesitamos porque queremos un país para que vivan en iguales condiciones hombres y mujeres. En pleno 2015 y seguimos yendo hacia atrás. ¿Le parece a usted lógico que una mujer cobre un 24% menos que un hombre por el mismo trabajo? La brecha salarial se ha disparado y usted tiene responsabilidad en ello, no lo dude. No nos cuente que eso se determina en el mercado, porque usted tiene que actuar como presidente del Gobierno y no como correveidile de las grandes empresas y los mercados. Trabajo digno para todos y para todas, señor Rajoy. Ahí está, señor Rajoy, un segundo pilar de propuestas: el trabajo garantizado. Usted intenta engañar a los españoles diciendo que no hay dinero para crear empleo, y que ahora corresponde un proceso de penitencia para redimir las responsabilidades del bipartidismo en la crisis. Pero es posible crear puestos de trabajo si existe voluntad política. Lo que ocurre es que usted, sencillamente, no tiene esa prioridad. Usted es más de otras prioridades, como rescatar aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches y bancos sin dinero. Pero lo cierto es que con una inversión que es la mitad de lo que ha costado rescatar Bankia se podría sacar en un solo año a un millón de personas del desempleo. Con un plan de empleo gestionado por la sociedad civil en los territorios, pero financiado con dinero público. No es un problema técnico, sino de falta de voluntad política. EMIGRANTES ESPAÑOLES Porque sin empleo, no hay oportunidades para desarrollar una vida digna. ¿Sabe usted, señor Rajoy, lo que se siente al hacer una maleta y abandonar tu tierra, tu familia y tus recuerdos para buscarse la vida en un sitio extraño? Decenas de miles de ciudadanos hacen esto mismo cada año huyendo del país que usted ha creado, huyendo de usted. Las calles de Paris, Berlín, Roma, Toulouse, Frankfurt… hablan ahora español porque usted, su gobierno y el bipartidismo decidieron aplicar políticas que nos han arrancado el futuro. Señor Rajoy, con durísimo esfuerzo nuestros padres y nuestras abuelas se han dedicado toda su vida a la conquista de derechos sociales y económicos para, entre otras cosas, garantizarnos un futuro digno a las siguientes generaciones. Gracias a gente como ellos yo pude, como la mayoría de los españoles, estudiar en colegios e institutos públicos. Sin embargo, hace unos años me vi rellenando unos formularios para irme del país a buscar un futuro, un trabajo. Hoy soy afortunado porque sigo aquí y puedo decirle a la cara lo que millones de personas están deseando decirle también. Hoy puedo ser la voz de todos los que se tuvieron que marchar, y también de los que se han quedado pero no pueden construir sus vidas dignamente en este país. En el nuevo país que planteamos queremos darles una llave para que puedan volver a abrir la puerta de sus casas en España a los miles de jóvenes que usted, Señor Rajoy, mandó a emigrar. ¿Sabe usted por qué la gente se va a Alemania? No es por ningún elemento cultural. Es porque el bipartidismo arrancó nuestras industrias, y lo sustituyó por un desierto de ladrillos y cemento. Alemania es una economía que exporta productos de alto valor añadido, un 10%, y nosotros de bajo valor añadido, un 4%. Esa es la clave de todo, de la trampa europea de la que son culpables. Sólo cambiando la estructura productiva podrán volver los ciudadanos emigrados. Pero ustedes han recortado más de un 40% en ciencia. ¿Están locos o es que trabajan para las grandes empresas alemanas? Necesitamos un nuevo modelo construido sobre la eficiencia ecológica, con energías renovables, con renovación de edificios y con economía de los cuidados. Hay que cambiar ese rumbo suicida que ustedes han marcado. CONQUISTAS SOCIALES Y CAPITALISMO DE AMIGUETES Señor Rajoy, usted está arrasando las conquistas sociales que nuestros padres consiguieron. Usted y su Gobierno están desguazando también la educación pública, la sanidad pública, las pensiones públicas e incluso las empresas públicas que hemos pagado entre todos. En definitiva, está arrasando con todas las conquistas que se lograron desde el final de la dictadura. Seamos claros: usted está saqueando este país para regalárselo a sus amiguetes. Sólo así, señor Rajoy, por ese caciquismo castizo, se entendería la privatización de grandes empresas rentables como AENA. Es cierto que no le vamos a hacer a usted único responsable. Todo esto ya comenzó con el PSOE. Pero recuerde, señor Rajoy, que AENA fue valorada en 30.000 millones de euros hace apenas cinco años. Finalmente ha sido malvendida por 4.000 millones. Además muchos de los afortunados compradores han sido elegidos a dedo. Ustedes no son liberales, señor Rajoy. Ustedes son liberados de los mercados y los mercaderes con el fin de facilitar el expolio del Estado. Ustedes son partidarios del capitalismo de amiguetes. Dígame, señor Rajoy, qué ha hecho usted para evitar las puertas giratorias. (Pausa dramática) Yo se lo digo: NADA. Las grandes empresas siguen pagando los favores a los exministros y ex altos cargos con lujosas remuneraciones. Roma no sabemos, pero España sí paga a traidores. José María Aznar, Felipe González, Elena Salgado, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Pedro Solbes, Rodrigo Rato… la lista es interminable. Políticos del bipartidismo que copan los consejos de administración de las grandes empresas… a cambio de las llaves de la administración pública. A cambio de la oportunidad de parasitar lo público. Pero, sabe qué, señor Rajoy, en un nuevo país no cabrán parásitos. Con lo cual, si esa idea le ronda por la cabeza, quítesela. Usted no dejará esa silla para ir a la de una empresa para actuar como correa de transmisión de favores para ella desde el Estado. Olvídese: en un nuevo país ese privilegio será pura nostalgia y melancolía para su clase. Allí donde ustedes gobiernan, señor Rajoy, se privatizan hospitales y se deteriora la educación y la justicia pública. Ustedes están creando una sanidad, educación y justicia sólo para ricos. Desguazan el Estado Social porque ustedes defienden los intereses de esos poderosos que lo tiene todo desde la cuna. De esa minoría que puede pagarse una operación cara en la sanidad privada o los estudios en la universidad privada de su amigo Aznar. Pero usted es, todavía, presidente de todos los españoles. Y se le ha olvidado. Se ha vendido al mejor postor, y los ricos son los únicos que pueden pagar sus servicios. Afortunadamente, el pueblo español está movilizándose cada vez más y salimos a defender las conquistas sociales. Las mareas en defensa de los servicios públicos han permitido luchar contra usted y contra su banda de saqueadores. Incluso la justicia le ha parado los pies en su intento por seguir vendiendo, a precio de ganga, y a sus amigos, los servicios públicos. Hemos tenido que ser los ciudadanos los que hemos paralizado miles de desahucios, mientras usted ha estado tolerando que las empresas financieras les quitaran las casas a los más pobres. REPRESIÓN Y AUTORITARISMO Usted, señor Rajoy, sabe perfectamente todo esto. Por eso ha aprobado la Ley Mordaza y el endurecimiento del código penal con el PSOE. Porque sabe que no estamos hablando de terrorismo yihadista sino de la resistencia pacífica contra sus leyes regresivas. En estos momentos hay más de 300 sindicalistas sufriendo procesos de represión administrativa o penal, por no hablar de la represión física en manifestaciones y concentraciones. Hacía mucho tiempo, mucho, que esto no pasaba en España. Usted sabe que su oposición más activa es la izquierda organizada y los activistas sociales, por eso nos criminaliza y nos señala burdamente. Y por eso trata de convertir un problema de orden social en un problema de orden público. Engaña y reprime, una deriva autoritaria que tampoco tiene cabida en un nuevo país. Puesto que en un nuevo país la solución siempre pasa por atajar los problemas desde la raíz, y nadie perdería su dinero en huelgas o su tiempo en manifestaciones si se cumpliesen los derechos humanos. Si usted y su Gobierno los incumple, nosotros salimos a la calle. Si usted cierra el Congreso y pone vallas, nosotros abriremos las puertas del Congreso. CORRUPCIÓN Y JUSTICIA Por cierto, señor Rajoy, ¿le parece lógico que en estos momentos haya trabajadores, como los de Coca-Cola, que tengan que acampar meses y meses para que se cumpla una sentencia judicial? ¿le parece sensato que esos trabajadores sean golpeados por la policía en vez de ser protegidos? Cuando la justicia determina algo en contra de las grandes empresas o de su partido, bien que la ignora. Y eso nos lleva a apuntar algo que sucede en España y que no tiene igual en ningún país desarrollado. La corrupción de su partido, del que usted es el máximo representante. Centenares de imputados a sus espaldas son el menor de sus problemas. El caso Bárcenas, que en cualquier otro país hubiera sido suficiente para una dimisión en bloque del Gobierno, parece que a usted ni le va ni le viene. Señor Rajoy, el señor “Luís, se fuerte” no es una simple manzana podrida. Es el cesto lo que está podrido. ¡Tienen no una sino varias sedes del PP pagadas con dinero negro! Y la justicia investiga esos casos, sí, ¡pero de qué forma! Tienen ustedes mucha suerte siempre con la justicia. Ante el ‘caso Bárcenas’ y el ‘caso Gürtel’ le cambian a ustedes los jueces de tal forma que al final nunca sabemos toda la verdad. ¡Tanto es así que ahora mismo Bárcenas está de vacaciones! ¿Me ha escuchado? ¡¡De vacaciones!! A Bárcenas ya no le hace falta ser fuerte, ¿verdad señor Rajoy? Y la investigación… ni el mejor guión de los Premios Goya lo supera. ¿Recuerda qué opinaron ustedes sobre la querella que pusimos desde Izquierda Unida a Bárcenas? Pues dijeron que era un insulto al pueblo español, y nos pusieron una querella a nosotros. Vaya forma de luchar contra la corrupción la suya, ¿eh señor Rajoy? De todos modos no es nuevo que usted confunda al pueblo español con sus intereses. Afortunadamente esa investigación continuó y hoy tenemos muchos más datos sobre la corrupción en su partido, que es el partido de su Gobierno. Pero tienen ustedes mucha suerte también con las pruebas. Desaparecen muy a menudo. Los ordenadores de Bárcenas se borraron, y los documentos sobre esa investigación acaban de desaparecer también. De verdad, señor Rajoy, todo esto sería de risa si no fuera dramático lo que significa. Al final tiene razón Eduardo Galeano cuando dice que la Justicia es como las serpientes, que sólo muerde a los descalzos. En el nuevo país que necesitamos, la Justicia, como el resto de instituciones del Estado, tiene que tener suficientes recursos como para mantenerse independiente del poder oligárquico, político y económico. No olvidamos que en nuestro país el principal problema democrático que existe es que mandan quienes no se presentan a las elecciones. Por eso un tercer pilar de propuestas de nuevo país es la reforma integral y democrática del Estado, que entre otras cosas avance hacia una democracia más participativa y en el que las empresas corruptas no puedan volver a contratar nunca más con la administración pública. Cerraremos el grifo corrupto que lleva el dinero desde lo público a lo privado. INTERNACIONAL Todo esto es lo que está en juego en este momento. ¡Todo un orden social! Son vidas las que están en juego. Y ha quedado claro que su Gobierno, desgraciadamente, trabaja por destruir las conquistas sociales. ¡Incluso lo hace más allá de nuestras fronteras! Señor Rajoy, nos da vergüenza su actitud en Europa. Nos abochorna que se haya puesto del lado de los bancos alemanes y franceses y no del pueblo griego que sufre las consecuencias de la crisis y de la gestión neoliberal de la crisis. El pueblo griego está defendiendo su dignidad, la misma que le robaron sus anteriores gobiernos. Sí, usted conoce muy bien a esos gobiernos ladrones. Los gobiernos del bipartidismo griego. Usted lo sabe porque fue allí a hacer campaña por el mismo partido que hizo trampas contables. Usted fue a apoyar a los mismos que estafaron al pueblo griego y cuyas malas decisiones están ahogando a los griegos. Y para colmo, en vez de redimirse y apoyar de ese modo también al pueblo español… ¡se pone de lado de los mafiosos del BCE! ¡Pero si la lucha del pueblo griego es la lucha del pueblo español y del resto de pueblos de Europa! ¡Es usted más papista que el Papa! Pero escúcheme, señor Rajoy, el BCE y los bancos privados son como el escorpión que siempre acaba picando a la rana. No les va a convencer usted de nada, por mucho que les pelotee. No ayudarán nunca al pueblo español. Está en su naturaleza arrasar las conquistas sociales para amasar así en sus bolsillos millones de euros. Un cuarto pilar de propuestas, señor Rajoy, es la necesidad de alcanzar un gran acuerdo europeo sobre la deuda. No aceptamos las condiciones suicidas de la austeridad neoliberal, ni aceptamos que la Unión Europea sea el ‘cortijo’ de los bancos alemanes y sus títeres políticos. España necesita un Gobierno que esté a la altura del momento histórico, y está claro que no va a ser el suyo. Usted prefiere ponerse de lado del verdugo. Señor Rajoy, necesitamos un nuevo país construido desde los valores y principios de izquierdas. Tenga muy claro que estamos ante una oportunidad histórica que no vamos a desaprovechar. Los tiempos de entender el país como una mala marca empresarial corrupta se van a acabar. Se cerrará el chiringuito. Y tenga muy claro también que recuperaremos todos los derechos que usted nos está robando. Porque la lucha de nuestros padres y madres, abuelos y abuelas no caerá en vano, y mucho menos ante un Gobierno reaccionario como el suyo. Son tiempos convulsos, pero los únicos que tienen que temer perder son los corruptos y los poderosos. La voz de un nuevo país es la voz de todos. ¿La escucha, Señor Rajoy? ¿No siente el ruido de fondo que nos llega desde la calle? Señor, Rajoy, no hay peor sordo que el que no quiere oír. Un nuevo país es un país distinto porque es igual: igual para todos. Igual para todos en la sanidad pública. Igual para todos a la hora de encontrar un trabajo. Igual para todos ante la justicia. Igual para todos en la educación pública. Igual para hombres y mujeres. Señor Rajoy, vamos a echarle. Salud y república!